martes, 14 de abril de 2015

Las personas felices




Las personas felices
nunca se contentan con poco.
Eso es una mentira perversa.

Las personas felices
corren hacia lo que desean
y el camino se abre ante ellas con facilidad
porque son honestas.

Pero las personas felices,
además,
permanecen siendo honestas
a pesar de lo que va pasando.
Y eso siempre es difícil.

Como la obra
en la que profundiza el artista
a lo largo de su vida.
Así es su deseo.

Cada vez que las miras,
el poso de la felicidad en sus caras
es más sólido y consistente,
hasta alcanzar un dibujo nítido
de la felicidad
que las rejuvenece.

Como la nota limpia
que corre en las aguas del río
que siempre es el mismo
y siempre es crío.



martes, 7 de abril de 2015

No sabíamos qué hacer con ella




Era tanto el deseo de verle
tanto el deseo almacenado
el deseo domado
Todos esos días de mientras tanto
Y los preparativos, los nervios
lo que llevo y lo que me llevo.
Y en el tren, pensar
en lo que diré al verle
Iré corriendo y saltaré a abrazarle
y me lo comeré a besos
lloraré besándole
y lloraba pensándolo.

Pero luego no.
Nunca era así.
El encuentro era torpe
y contenido
Su voz era seria
y podía con la mía
Sus besos eran rápidos
nuestras narices chocaban.
Y todo lo no dicho y lo no hecho y el deseo, el deseo
de golpe,
era un tapón inmenso
en mi garganta.

Justo un momento antes sí.
Mientras él esperaba,
su mirada salía al galope
hacia aquel punto de fuga
en que se pierden las vías
y asaltaba con furia el vagón
y me arrancaba con sus brazos
de esa espera
tan injusta.

Sabía perfectamente
lo que haría al verme
Y yo lo sabía perfectamente.
Hasta que nos encontrábamos.

Éramos jóvenes y tímidos
Y la realidad era un titán indomable.
No sabíamos qué hacer con ella.