viernes, 11 de diciembre de 2009

Y después de la tempestad

 
                   Benditos sean los olvidadizos
                   pues superan incluso sus propios errores
                                               Nietzsche


Saber tanto, para olvidar después.
Para desconocerse.
Ese parece nuestro sino.
La apuesta postmoderna
se aboca un paso más allá de la razón
donde saber ya no es lo importante.

Pasar por todas las fases,
conocer
para luego desconocer
y balbucear da-dá.

Abordar la inocencia
a vueltas de la consciencia
y así siempre.

Porque ya jamás volveré a la comunidad prístina
de los primeros albores.
Jamás podré eludir el sufrimiento
de mis ojos tan abiertos.
Jamás volveré a no saber.

Y sin embargo,
puedo seguir creyendo en paisajes nevados,
y contarte un cuento antes de dormir.

Volver por ejemplo
a la última escena que Kaufman escribió para
Eternal Sunshine of the Spotless Mind
y ver a la Winslet con Jim Carrey jugando como niños
en la nieve que es blanca y pura como los niños,
mientras se escucha Everybody's got to learn sometime
 y empiezan a aparecer los títulos de crédito.

Felices sueños.


1 comentario:

  1. a escasas 2 horas de la inauguración
    después de nosécuántas entrevistas en diversas emisoras de radio, casi sin dormir, con mil cosas por hacer
    y aquí estoy
    leyéndote para no olvidar

    Bonito diseño de blog

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