domingo, 24 de diciembre de 2017

Caldo de Navidad




Estoy haciendo el caldo de Navidad,
del dios Saturno y el ocaso del año.
Hermanada por fin con lo que no puedo,
encauzada en lo que sí.
Le he puesto una cantidad muy medida del amigo que me ama
y a quien no correspondo,
ciertas gotas apenas de su aroma incondicional
que me sigue
a donde quiera que voy y que haga.

Añadí los tuétanos de la cría que cuidé veinte años en soledad,
de su sabor insondable
a entrañas y fondos antiguos;
un hilo de almizcle añejo y sangre
de la madre que no tuve;
y la frescura de un buen puñado de amigos
con los que canto al atardecer.

Le he puesto entero un corazón
guardado hasta ahora silenciosamente
Para que hierva y se deshaga a fuego lento.
Para que encuentre en tu cuerpo al comerlo 
el lugar al que pertenece.



Lugar de E.



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