martes, 13 de abril de 2010

Mientras...



Huelo
la corriente de aire
que dejó
tu paso
al irte.

Saboreo
el olor a limpio
del azote
purificador
de tus emes, tus erres, tus aes.

Acaricio
mi piel
como las ruedas se deslizan en la noche
por el asfalto mojado,

Escucho
cada uno de tus puntos suspensivos.

Aguanto estoica
los codazos en mi estómago
de la contención
cuando me enfocas
desde el  agujero que eres
-imposible no arrastrame a él-.

Resisto patética
la pared
que impide el paso a mis ojos cuando
el aire
entre los dos
se revela
poderosamente desnudo.

Y tarareo
mi nombre
en las intermitencias del espacio
hasta quitarme el frío.

El trasiego de la calle me despertará,
el trasiego de la calle me despertará,
para que
mientras…
también,
le haga un poco de caso.

4 comentarios:

  1. yo también te despertaré, pero sólo de vez en cuando, para que disfrutes de ese aire, de ese azote, de ese agujero... el tarareo del nombre me recuerda una película de François Truffaut, Besos robados (Baisers volés, 1968), en la que Antoine Doinel repetía su nombre frente al espejo...

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