martes, 14 de septiembre de 2010

Plano cenital

(Al funcionario de la T.I.U.)








                   ¿Qué hago cuando no estoy seguro?
                   John Patrick Shanley, La duda



Me explica tranquilamente, mirando sus notas, los detalles de mi situación.
Conoce todos los límites.
Habita en paz al término de cada tarea finita.
- Hola. 
No te conozco, pero mientras hablas te miro profundamente mucho más allá.
Te admiro tanto…
En tu mirada tranquila, tu palabra concreta, está contenida toda la felicidad que necesitas,
tus tranquilos noes…
¿No ves que en el interior de la mía en cambio sólo habita la tragedia de un océano incalmable
que amanece siempre con miedo a no llegar
y sus paredes son los bastidores mudables de una ficción?
Al salir de tu oficina me asalta como un tsunami la imagen de la disposición anárquica de cada uno de los muebles de mi casa,
sin amo ni guía, como un forastero desvalido en mitad del desierto inconmensurable o la selva boscosa.
Ese efecto me produces.
Ojalá el material que manejo pudiera ser más simple y limpio de reprobaciones.
Si mi tarea fuera dar de comer a un bebé hasta calmarlo
organizar el tiempo, limpiar un espejo, colgar un cuadro
podar las ramas de un rosal
leer y analizar un libro
estudiar un examen…

sería tan feliz como tú.

Pero no puedo hacer otra cosa que habitar en este lugar sin fondo
donde cada gota destilada es siempre mínima en el acuífero que me obceco en llenar:
recomponer el puzzle imposible de la página terroríficamente blanca


que soy.

Cerca tuya todo parece más fácil.
Me emociona tu existencia.

Ojalá existiera un lugar aquí para mí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario