Ayer pasé junto a unas señoras
mayores que hablaban con otra asomada a una ventana. Eran de esas mujeres
sencillas que van impecablemente limpias y planchadas, y una decía "mira, yo lo he limpiado todo, hasta la funda
del colchón"... De pronto, pensé que esas
mujeres hacían algún tipo de bien inconcretable
a todos por el mero hecho de ir tan pulcras y tener sus casas sencillas tan
relucientes, mientras yo peleo perpetuamente con la mía y nunca llego.
Me dio pena pensar en un futuro sin ellas. Dentro de veinte años, pensé, estas mujeres ya no estarán… y ¿entonces? Oh Dios, ¿cómo será el mundo? y tuve miedo.
Me dio pena pensar en un futuro sin ellas. Dentro de veinte años, pensé, estas mujeres ya no estarán… y ¿entonces? Oh Dios, ¿cómo será el mundo? y tuve miedo.
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