sábado, 16 de enero de 2010

Asuntos de mayores

Estoy en el asunto de dejar de ser cualquier cosa que se supone que soy. De reinventarme. De eliminar las conexiones que generan en mí un ánimo cuando tengo frío y otro cuando se respira el buen tiempo, las que me despiertan antes que lo haga el móvil, las que hacen que me sienta lo peor, a pesar de haber hecho lo mejor, todas las que no dependen de mí.

Sólo se admiten sinapsis autopoéticas, marcadas por una misma.

Acaba de llamarme uno de los profesores de mi hija para decirme que Luna ha llevado una cámara a clase, y que está prohibido. He apoyado su limitación, pero el hombre, no dejaba de sentirse culpable por llamarme, y al final ha acabado excusándose por no ser capaz de dinamizar lo suficiente  su clase de Atención Educativa (alternativa a la Religión, que en la Comunidad Valenciana ha dejado de llamarse así, Alternativa). Tranqui, he pensado yo, a la niña le da seguridad saber que hay reglas que cumplir,  y que hay alguien que se lo recuerda. Seguro que ha aprendido más hoy sobre Atención Educativa que en lo que le queda de curso...
Es que estos niños, cada vez se creen con más razones. En la comida he ido a servirme de su Fanta, y antes de que me riñera le he recordado que hoy podía pedirle lo que quisiera, aludiendo a la cuasi-party que esta tarde, si se sigue portando bien, hará en casa con sus amigas. Y me ha contestado ofendida que yo era Camps. Eres Camps, joerr, me ha dicho ¿Camps? ¿por qué? Porque te aprovechas del cargo…,dijo la Mafalda...
Pero, fuera bromas, las razones sobre la idoneidad o no de las reglas podrá cuestionarlas cuando sea del AMPA, del Consejo Escolar, o escriba una tesis pedagógica, o desde cualquier otra autoridad en la materia. Mientras tanto, los límites le formarán un Soy sólido y sin ambigüedades.
Cuando se haga mayor será ella quien empiece a construir sus propios límites.Y por eso se hará mayor.
Entonces empezará en este asunto en que ahora estoy, que no tiene nada que ver con la edad, de sobra lo sé, ni con tener casa propia, ni trabajo, ni un horario que cumplir, ni pareja, y en la mayoría de casos tampoco con tener hijos. Tiene que ver con tener voluntad. Voluntad creativa que dice Nietzsche. Acabar con las lindes marcadas por el sistema, la familia y demás totems inconscientes. Y luego… algo que nunca superó Peter Pan, por mucho que creyera en la hadas: marcar tus propios límites, para dejar de repetir constantemente los mismos errores y las apetencias que no te hacen feliz. Cerrar lo ojos a la limitadísima vida que has tenido hasta ahora y abrirlos a las del mundo Navi.

Nunca pensé que el trabajo creativo pudiera costar tanto esfuerzo, comentó una vez un alumno.
Hacerse un camino a medida es lo peor, de verdad, le respondí. Se nota desde el primer día que empiezas, pero no se acaba nunca…

Así que, mientras pueda, que la niña siga disfrutando de la buena vida,
dentro del sendero marcado.

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