domingo, 20 de junio de 2010

Reflecting Pool, Bill Viola




Mucho debo
a quienes no amo.

El alivio al enterarme
que intiman con otros.

La alegría de no ser yo
el lobo de sus corderos.

En paz estoy con ellos
y en libertad,
dos cosas que el amor no puede dar
ni sabe tomar.

No los espero
yendo y viniendo de la ventana a la puerta.
Con la paciencia
de un reloj de sol,
comprendo
lo que el amor no comprende;
perdono
lo que el amor jamás perdonaría.

Entre una carta y una cita
no pasa una eternidad,
sino sólo días o semanas.

Los viajes con ellos siempre son un éxito,
los conciertos se escuchan,
las catedrales se visitan,
los paisajes se contemplan.

Y cuando siete montes y ríos
nos separan
son montes y ríos
señalados en el mapa.

Es gracias a ellos
que vivo en tres dimensiones,
en un espacio no-lírico y no-retórico,
frente a un horizonte movedizo y, por tanto, real.

Ignoran
cuanto me entregan en sus manos vacías.

"Nada les debo",
diría el amor
sobre tan discutible cuestión.


(Agradecimiento, Wislawa Szymborska)


1 comentario:

  1. cuanta verdad en esas palabras, las comparto, y me sumo a la lista, pero que fácil es, verdad?

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