miércoles, 27 de febrero de 2013

El Mundo























-Porque nunca has de mirarme directamente a los ojos-
dijo El Mundo.




Lo quería todo
y no habló,
siguió el prospecto a pies juntillas.

No salió de sí
de su burbuja
del marco ovalado de su espejo.

Me ató
con una mortaja
para abortar las disidencias.

Instaló escuchas en los rincones
extirpó la intimidad
el cortejo
el camino.

Dio vueltas al planeta
como a un tiovivo
sin estar en nada.

Y no se equivocó:
llegó al Todo

y terminó el cuento sin empezarlo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario