martes, 5 de febrero de 2013

La picadura (Io sonno l'amore II)


Comentario sobre Io Sonno l'amore (Luca Guadagnino, 2010), texto original en el Blog de Cine Club Golfa 

En memoria de mi querido Rafael Alomar Company,


Al estreno de esta película ya hace un par de años, hice una breve anotación-erupción sobre ella, corta y hasta brusca, fruto del agudo impacto que me produjo. Fue tal, que ha hecho falta un segundo visionado y todo este tiempo para que pueda mirarla de nuevo.

Esta es una historia fílmica que se hace contigo de forma líquida: sin explicaciones ni razones lineales y subiendo la temperatura delicadamente hasta conseguir escaldarte de forma animal, sin que apenas te hayas podido dar cuenta de cómo lo ha hecho hasta que ya es demasiado tarde. Exactamente igual que el amor.  Eso sólo me dice ya tanto de lo extraña que resulta esta historia, del amor con el que se ha creído en ella y con el que ha sido narrada…

Hace unos días murió un gran amigo mío, Rafael, alguien gracias al cual sobreviví durante quizá la peor época de mi vida, gracias a su atención, a su amor, a su … delicadeza. Su mirada sobre mí (oh! la mirada del Otro que te crea…) me salvó la vida entonces, sin duda. Todavía no sé qué va a ser de mi de aquí en adelante sin su mirada...

No es posible entender el desgarro que siento sin el amor que contiene, no puedo digerir esta muerte inesperada sin asumir dolorosamente que rubrica el paso intenso y crucial de esta persona en mi vida. Y es que, la picadura del amor, que te noquea, que te rompe en mil pedazos como a tu cuerpo el orgasmo bajo el hombre que amas, sin permitirte ser ya la misma a partir de ese instante (porque es un solo un instante abrupto, como aquel que te quita para siempre, sin vuelta atrás, aquello que estaba), ¿no es similar a la picadura de la muerte? ¿no son el amor y la muerte los dos extremos de un mismo anillo de Moebius? ¿no te crea igual la muerte que el amor? ¿no te libera de lo vano, de las interpretaciones superfluas, de lo instrumental o secundario en que la cotidianidad se enquista? ¿no te purifica irracionalmente hasta un extremo que parece intolerable?

-       - ¡IO SONNO L’AMORE! - truena la terrorífica muerte- Y Tilda Swinton corre enbestida, como si la vida se le fuera en ello... Porque la vida se le va en ello. Y solo pocos comprenden su urgencia. Surgencia.

           






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