En seguida estaré allí
y
veré correr la lluvia tras el cristal
al calor de un lugar que es mi santuario.
Oh, Patronus,
Oh, Patronus,
mi hogar es una catedral sagrada
donde
el silencio crepita
y
sus techos altísimos
se
estiran hasta tocar lo imperceptible.
El sol tintinea
flotando
en el aire
dorado
jugando
con cada sombra
sublimada.
Oh, Patronus,
La belleza es mi redentor
La belleza es mi redentor
el
punto de ebullición
en
este crisol
sin
tiempo
donde
el alma refulge.
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