jueves, 10 de junio de 2010

Io sono l'amore


Tilda, mi Tilda Swinton de Orlando, ahora produce, da vida y la toma de Io sonno l’amore. Un filme de factura magnífica y original, como su director, Luca Guadagnino, hermoso y raro en este paisaje demodé. No hay apenas palabras que transcribir. Es cine de verdad y el lenguaje cinematográfico lo cuenta todo, pasa de la funcionalidad sesentera de la ciudad a la naturaleza, del paisaje nevado en Milán al verano en San Remo, del formalismo burqués a la sencillez del campo, del silencio al brote abrupto de la música cuando la sangre empieza a latir en Emma Rechi. Ella hasta entonces es una obra de arte más adquirida por su marido, perfecta como una muñeca. Pero algo la despierta, una voz que llega desde allí donde todavía queda pasión en su vida, y los cambios, cuando parece que todo está bajo control, son repentinos y sin piedad, erupcionan desde el inconsciente y lo ponen todo perdido, como la camiseta de un niño.
El vitalismo de DH. Lawrence, de E.M. Forster, están aquí también, salvándome de pura inanición de vida civilizada.


1 comentario:

  1. Tilda Swinton, una de las grandes, grandes...desgraciadamente desconocida por muchos

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